lunes, 9 de agosto de 2010

"Allí donde el mundo deja de ser el escenario de nuestras esperanzas y nuestros deseos para convertirse en el objeto de la libre curiosidad y la contemplación, empiezan el arte y la ciencia.Si pretendemos describir nuestra experiencia dentro de los esquemas de la lógica, entramos en el mundo de la ciencia , si en cambio las relaciones que existen entre la forma de nuestra representación escapan a la comprensión racional, y sin embargo manifiestan intuitivamente su significado, entramos en el mundo de la creación artística. Lo que une a los dos mundos es la aspiración a algo no arbitrario, universal"
Eso lo dijo Einstein


Investigación tiene como finalidad producir conocimiento, y la investigación artística producir conocimiento sobre arte y desde el arte. No toma el arte como objeto de estudio como lo hace la ciencia.

El arte y la ciencia a lo largo de su trayectoria, han tenido puntos de encuentro y desencuentro. La ciencia, en un momento de su historia, dejó de ser una verdad absoluta y el arte, por su parte, no sólo se concentró en el hacer, sino también en el saber. Ambas buscan interpretar y reflejar una mirada de la realidad. El arte concentrando su mirada en la singularidad del hecho artístico, y la ciencia, buscando postulados que se apliquen a problemáticas más generales.

En el ámbito profesional, el artista produce obra, y ésta tiene su propio sistema de legitimación, pero por otro lado, el arte genera un discurso a través de esas producciones (la mirada de la realidad) que es volcado al ámbito del campo de la investigación, del lenguaje verbal y la formulación escrita.

Al tomar como objeto de estudio la singularidad, la investigación artística se enfrenta a la complejidad de algo que no se ajusta a leyes o recetas (no nos sirven para un sorcho los métodos de la ciencia, en este caso). Los sistemas de aproximación a los interrogantes se vuelven una cuestión creativa.

Inevitablemente está el individuo persona de por medio, con su contexto, sentimientos, pensamientos, etc. con toda su complejidad (la singularidad), traducida en el hecho artístico.

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